Procesos de aprendizaje de idiomas y multilingüismo

El multilingüismo de los alumnos no es siempre considerado un factor positivo. En muchos casos, las lenguas maternas de los alumnos son ignoradas o incluso vistas como inferiores. Según Auger (2009), los profesores suelen confundir las competencias académicas y lingüísticas, lo que les da una visión negativa del multilingüismo en el aula. Tanto para el profesor como para el alumno es muy útil aprovechar lo que el alumno ya es capaz de hacer, de esta manera el alumno se siente valorado y puede transferir elementos que ya conoce en las lenguas de origen a la lengua escolar, lo que permite un mayor desarrollo.

Por ejemplo, los alumnos mayores que han desarrollado habilidades académicas y cognitivas en su(s) idioma(s) materno(s), pueden desarrollar habilidades académicas y cognitivas en su(s) segundo(s) idioma(s) con mayor facilidad que los alumnos más jóvenes (Cummins, 1981). Además, Cummins (1981) demostró que los alumnos que se trasladan a otro país cuando tienen seis años o más necesitan al menos 5 años para llegar al mismo nivel de idioma que los alumnos nativos. Esto significa que, durante al menos cinco años, la observación y evaluación del alumno debe centrarse en su desarrollo: estos alumnos tienen que desarrollarse más rápidamente que los monolingües y es necesario darles la oportunidad de hacerlo.

Por lo tanto, es importante que no se formule un diagnóstico demasiado pronto. En su lugar es preferible un enfoque basado en el multilingüismo: es necesario hacer un uso proactivo y estratégico de las lenguas maternas de los alumnos. Esto les permite tener acceso a tareas conceptuales y cognitivas superiores. Kenner y Ruby (2012) realizaron un estudio en el que mostraron las ventajas de llevar el conocimiento cultural y lingüístico de los alumnos y sus comunidades al aula, creando nuevos espacios para el aprendizaje multilingüe. La creación de un nuevo plan de estudios sincrético permitió:

  • un aprendizaje más colaborativo;
  • una mayor participación de los padres y las comunidades en las escuelas;
  • la construcción de identidades de aprendizaje seguras para los alumnos;
  • y una mayor apertura a la comunicación intercultural en los profesores.

Una de las formas de mejorar el multilingüismo en la clase es la traducción. Esta estrategia supone la utilización del repertorio lingüístico completo de un hablante sin garantizar estrictamente que el niño solo hable el idioma de destino. La traducción (o translanguaging en inglés) se centra en lo que el niño es capaz de hacer e integra los idiomas maternos del alumno en la educación en un nuevo idioma de destino. Para obtener más información sobre translanguaging, puede visitar la pagina web de la Fundación Rutu, que ofrece una descripción de translanguaging . Consejos en esta sección.

La inclusión del idioma del hogar en la escuela no debe limitarse a la comunicación oral sino que debe incluir también textos escritos. Los idiomas adicionales deben enseñarse y aprenderse de manera adecuada a la edad, comenzando por la comprensión y el rendimiento oral para que pueda comenzar la transferencia del idioma más fuerte.

Además, el uso de libros en dos idiomas puede impulsar las aptitudes de lectura en los niños bilingües: en un estudio realizado por Sneddon (2008), se pidió a los profesores que apoyaran activamente este enfoque proporcionando libros bilingües a los alumnos, mientras que los padres aportaron conocimientos especializados para estimular la transferencia de las aptitudes de lectura del idioma de la escuela al idioma de la familia. Resultado: los alumnos alcanzaron un nivel de alfabetización más alto que sus compañeros en el idioma escolar, al tiempo que desarrollaban una lectura fluida en su idioma materno.

El uso de la primera lengua en el aula se enfatiza aún más en Vivian Cook (2001). Este artículo se centra en la importancia de reconocer los diferentes tipos de alumnos multilingües en la educación y en cómo el cerebro multilingüe es más que un cerebro que tiene un primer idioma y un idioma adicional. Basándose en varias teorías y ejemplos de multilingüismo, Cook (2001) describe varias cuestiones para los profesores, incluyendo el alejamiento de la idea de que el alumno de un segundo idioma necesita alcanzar los mismos objetivos que el hablante monolingüe. Además, Cook sostiene que las lenguas maternas de los alumnos deben utilizarse en la clase además de la lengua de la escuela, o al menos en cierta medida, por ejemplo al explicar la gramática.